«Cuando mi marido quería intimar conmigo, yo me negaba. Pero entonces, él me acusaba ante otros combatientes de Boko Haram para que me azotaran. Tras azotarme, me violaba y sus amigos le ayudaban. Lo hizo todos los días durante casi un año con sus amigos. Más tarde decidió venir solo pero, si yo me volvía a negar, informaba otra vez a sus amigos y me amenazaban con matarme si no accedía a sus demandas”.
Así narra una superviviente de Boko Haram (Nigeria) la pesadilla que se vio obligada a vivir siendo solo una Niña. Secuestro, matrimonio forzado, violencia física y sexual… En situaciones de crisis y conflictos armados las Niñas se enfrentan a una combinación devastadora de dificultades y peligros, que las pone en situaciones de extrema vulnerabilidad.
Hoy más que nunca, cuando hemos alcanzado la cifra más alta de personas refugiadas, desplazadas y apátridas de la historia (cerca de los 120 millones, según Naciones Unidas) las Niñas se convierten en un objetivo especialmente sensible. Son las más vulnerables y, sin embargo, sobre quienes se ejerce una mayor violencia.
Por ello, y en el marco del Día Internacional de la Niña (11 de octubre), la alianza NO QUIERO (formada por Amnistía Internacional, Entreculturas, Mundo Cooperante y Save the Children) vuelve a unir fuerzas para denunciar el impacto y las graves consecuencias que los conflictos armados tienen sobre las Niñas y su desarrollo integral.
Los conflictos condenan a millones de Niñas al matrimonio forzado y la violencia sexual
Además de verse expuestas a las mismas amenazas que los niños (secuestro, mutilación, asesinato), las Niñas corren un riesgo más alto de sufrir otros tipos de violencia de género: acoso, violaciones y abusos sexuales, matrimonios forzados, trata y esclavitud sexual.
Se ven convertidas en esposas, madres y esclavas sexuales, en ocasiones como táctica de guerra y reclutamiento. Integradas a la fuerza en los grupos armados, sufren repetidas violaciones y se enfrentan a una estigmatización a largo plazo al regresar a sus comunidades.
Según Naciones Unidas, alrededor del 70% de las víctimas de trata en zonas de conflicto son Niñas y mujeres, la mayoría explotadas sexualmente o forzadas a la prostitución.
Educación y salud: los primeros derechos que se les arrebata a las Niñas
Las tasas de abandono escolar de las Niñas en zonas de conflicto son mucho más altas que las de los niños (tienen 2,5 más de probabilidad, según datos del Banco Mundial). Se ven recluidas al trabajo doméstico y al cuidado familiar.
Además, la destrucción de hospitales y el cierre de centros sanitarios pueden impedir que las Niñas accedan a servicios de salud sexual y reproductiva, haciéndolas más vulnerables a complicaciones en el parto y muertes maternas.
Las Niñas se enfrentan a dificultades adicionales para acceder a la ayuda humanitaria
Cuando se restringe el acceso de las Niñas a la asistencia vital, aumenta su vulnerabilidad a la explotación, la violencia y los problemas de salud.
No poder acceder a alimentos, agua potable, sistemas de saneamiento y a otros recursos (como productos de higiene menstrual) es utilizado también como arma de explotación sexual contra las Niñas. En ocasiones, el conflicto las obliga a intercambiar sexo por comida, refugio o protección.
Desde la alianza NO QUIERO denunciamos la urgente necesidad de redoblar los esfuerzos para proteger a las Niñas en zonas de conflicto de estas amenazas de extrema violencia y desigualdad.
Ellas son las más vulnerables y vulneradas, las que más tipos de violencia extrema enfrentan. Se convierten en esclavas sexuales, madres de sus hermanos, esposas de sus secuestradores. Sus infancias y sus vidas quedan marcadas para siempre. Es urgente actuar.